No hace mucho oí hablar muy bien de la saga Nanotech Succession y en especial The Bohr Maker, novela ganadora del premio Locus al mejor debut en 1996, de Linda Nagata, una autora totalmente desconocida para mí pero que por la temática de sus libros, nanotecnología e integración de alta tecnología con el cerebro humano (género nanopunk), me llamó mucho la atención.
Con The Red: First Light, Linda Nagata consiguió por primera vez que una novela autopublicada fuera nominada a unos Premios Nebula y a los Premios John W. Campbell. Gracias a esto y a la buena acogida entre público y crítica consiguió un contrato con el que pudo reeditar esta primera novela y con el que publicará los dos siguientes libros de la trilogía, The Trials, previsto para este próximo 25 de agosto, y Going Dark.
Con de First Light tenemos una novela de ciencia ficción militarista, con el cuál no soy muy fan, pero con el que Linda Nagata consigue convencerme con su crítica a la industria armamentística y el poder que pueden llegar a ostentar. Por esto nos encontramos con un futuro no muy lejano, un mundo dirigido por los Defense Contractors (DCs), compañías armamentísticas quiénes controlan gobiernos y medios de comunicación para montar y desmontar guerras a su antojo para que su industria siga dando inmensos beneficios. Y es a través de su protagonista, James Shelley, un antimilitarista obligado a escoger entre la cárcel y el ejército, con la que encontramos esta voz crítica.
El libro podríamos decir que está dividido en tres partes, separados precisamente por los tres capítulos lo componen.
En la primera parte conocemos a Shelley, lugarteniente de un LCS (Lincked Combat Squad), destinado a Fort Dassari, último país designado como enemigo por los DCs. Shelley tiene tres objetivos muy claros: proteger a los civiles, matar al enemigo y mantener vivo a su escuadrón. Para ello, no solo cuentan con la ayuda de los últimos avances armamentísticos y tecnológicos de la industria, sino que además cada uno de ellos, mediante una especie de casco llamado skullcap, está conectado con las oficinas militares desde dónde son controlados y guiados por otros oficiales, con lo que no tienen ningún secreto que puedan esconder a sus superiores. Esta primera parte es quizá la que más me ha gustado con un ritmo alto, presentación de personajes y del mundo en el que viven mediante sus conversaciones, con lo que sabemos que piensa cada uno y sus luchas internas entre el deber y lo correcto, y muy buenas escenas de acción, representando muy bien la organización y forma de actuar del LCS en las situaciones de guerra que se presentan.
Es difícil hablar de la novela sin hacer ningún spoiler, con lo que solo decir que aunque en la segunda parte, a consecuencia de lo sucedido en la primera, baja un poco el ritmo, es dónde empieza realmente a tejerse la verdadera historia y que explota en la tercera parte, con mucha más acción y un final totalmente abierto para el siguiente libro.
Como decía, no es fácil hablar del libro sin desvelar el misterio del mismo, ya que el argumento en este primer libro es bastante sencillo a nivel de complejidad, ya que se centra más en la acción y presentación de personajes, pero que resulta muy interesante de cómo puede desarrollarse en las continuaciones. Con lo que The Red: Frist Light no es solo una novela de ciencia ficción militar sino que quiere ir más allá, preguntándose, en un mundo dónde todo el mundo está conectado a la Nube (Cloud), qué es real y que no? qué decisiones y acciones que emprendemos son propias y cuáles implantadas? y, cómo afecta esto a nuestra vida?
A mí me ha gustado mucho el libro con lo cuál lo recomiendo no solo a los fans de cifi militar sino a todo aquél interesado en la integración de tecnología con el cuerpo humano y sus posibles consecuencias. Yo ya estoy esperando con muchas ganas la continuación, The Red#2: The Trials.
Con de First Light tenemos una novela de ciencia ficción militarista, con el cuál no soy muy fan, pero con el que Linda Nagata consigue convencerme con su crítica a la industria armamentística y el poder que pueden llegar a ostentar. Por esto nos encontramos con un futuro no muy lejano, un mundo dirigido por los Defense Contractors (DCs), compañías armamentísticas quiénes controlan gobiernos y medios de comunicación para montar y desmontar guerras a su antojo para que su industria siga dando inmensos beneficios. Y es a través de su protagonista, James Shelley, un antimilitarista obligado a escoger entre la cárcel y el ejército, con la que encontramos esta voz crítica.
El libro podríamos decir que está dividido en tres partes, separados precisamente por los tres capítulos lo componen.
En la primera parte conocemos a Shelley, lugarteniente de un LCS (Lincked Combat Squad), destinado a Fort Dassari, último país designado como enemigo por los DCs. Shelley tiene tres objetivos muy claros: proteger a los civiles, matar al enemigo y mantener vivo a su escuadrón. Para ello, no solo cuentan con la ayuda de los últimos avances armamentísticos y tecnológicos de la industria, sino que además cada uno de ellos, mediante una especie de casco llamado skullcap, está conectado con las oficinas militares desde dónde son controlados y guiados por otros oficiales, con lo que no tienen ningún secreto que puedan esconder a sus superiores. Esta primera parte es quizá la que más me ha gustado con un ritmo alto, presentación de personajes y del mundo en el que viven mediante sus conversaciones, con lo que sabemos que piensa cada uno y sus luchas internas entre el deber y lo correcto, y muy buenas escenas de acción, representando muy bien la organización y forma de actuar del LCS en las situaciones de guerra que se presentan.
Es difícil hablar de la novela sin hacer ningún spoiler, con lo que solo decir que aunque en la segunda parte, a consecuencia de lo sucedido en la primera, baja un poco el ritmo, es dónde empieza realmente a tejerse la verdadera historia y que explota en la tercera parte, con mucha más acción y un final totalmente abierto para el siguiente libro.
Como decía, no es fácil hablar del libro sin desvelar el misterio del mismo, ya que el argumento en este primer libro es bastante sencillo a nivel de complejidad, ya que se centra más en la acción y presentación de personajes, pero que resulta muy interesante de cómo puede desarrollarse en las continuaciones. Con lo que The Red: Frist Light no es solo una novela de ciencia ficción militar sino que quiere ir más allá, preguntándose, en un mundo dónde todo el mundo está conectado a la Nube (Cloud), qué es real y que no? qué decisiones y acciones que emprendemos son propias y cuáles implantadas? y, cómo afecta esto a nuestra vida?
A mí me ha gustado mucho el libro con lo cuál lo recomiendo no solo a los fans de cifi militar sino a todo aquél interesado en la integración de tecnología con el cuerpo humano y sus posibles consecuencias. Yo ya estoy esperando con muchas ganas la continuación, The Red#2: The Trials.
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